Polémica en la Tomatina de Buñol de esta edición. A pesar de que la diversión en la Tomatina se puede disfrutar desde abajo son muchos los vecinos de la localidad que buscan estar en los camiones. Al parece podría haber algún caso de enchufismo en el reparto de plazas para participar del festival desde el camión. La noticia la completo la  trae el diario El Mundo.

Polémica sobre las cuatro ruedas en la popular Tomatina

  • Los vecinos de Buñol están indignados por el reparto de las plazas de los camiones

  • El alcalde, Rafael Pérez, dice que no hay enchufados en el sorteo de esos puestos

    ANA LÓPEZValencia

 

foto polémica en la tomatina camion

Imagen de unos de los polémicos camiones rodeado de participantes en la Tomatina el pasado año.BIEL ALIÑO

Se acerca la Tomatina la fiesta más conocida de España por encima de los San Fermines. Como todos los años, los camiones saldrán cargados de tomate para la batalla. Vehículos donde quienes van arriba siempre son más privilegiados que aquellos que disfrutan de la fiesta desde abajo. Hasta el año pasado participaban en el recorrido cinco camiones grandes y uno pequeño. Al haber aumentado el número de kilos de tomates – pasando de 140.000 a casi 160.000 – para batir su propio récord en su 70 aniversario el Ayuntamiento ha tenido que habilitar un camión más para poder transportar todas estas hortalizas.

Pues bien, a la polémica que aún colea por la privatización de la fiesta, esta edición se suma la surgida entorno al reparto de las plazas de los camiones manida entre el consistorio de Buñol y los habitantes de la localidad. El número de sitios sorteados se ha visto, además, reducido este año. Según fuentes consultadas por este diario, el nuevo alcalde del municipio – perteneciente a Esquerra Unida al igual que su antecesor Chimo Masmano – y responsable de la fiesta, Rafael Pérez, adquirió «ciertos compromisos electorales en la reserva de plazas». De los 180 asientos – cada camión podrá transportar como máximo a 30 personas – Pérez habría guardado más de la mitad a estas personas. Por lo que, llegado el tradicional sorteo de la plazas vacantes los vecinos se sorprendieron al recibir esta noticia. «Cuando nos citó a la reunión Pérez nos dijo esto con total tranquilidad», afirmó la misma fuente. «Lo habitual es que se guarden 20 o 25 sitios para gente de la comisión de fiestas, pero no 74 como este año», recalcó. Para Pérez estas afirmaciones son totalmente falsas. Los «compromisos» que tiene el dirigente municipial, según afirmó a EL MUNDO, ha sido con los colaboradores que han trabajado con el consistorio abriendo paso a los camiones en la edición anterior. «Estas personas tienen derecho directo a subir a los vehículos por haber ayudado en la pasada edición, en 2014 tuvimos que dejar a muchas personas fuera, por eso hemos sorteado menos plazas este año», explica. Así que serían personas del pueblo que prestaron voluntariamente sus servicios a la fiesta. «No hay enchufados, para que te hagas una idea ni mi madre, ni mi padre, ni mi abuelo, ni nadie de mi familia, suben a los camiones», afirma con contundencia Rafael Pérez. Para el gobierno de la localidad el sorteo es un proceso muy riguroso y serio porque la Tomatina es el evento que pone a Buñol en el mapa. «Esta polémica es muy relativa, porque simplemente no existe, está todo muy detallado desde que entramos en esta corporación hace dos años», concluye el alcalde. Para comprobar que todas los seleccionados a ir sobre ruedas son estos colaboradores de otros años, el ayuntamiento tiene un listado público donde figura el nombre y el DNI de todos y cada uno de ellos. «Si hay algún interesado en comprobar estos datos puede ir allí y verlo», concluye.

Decepcionado. Así es como se mostró Rafael Pérez al hablar de este tema. Y es que en su opinión, lo único que provoca todo esto es «manchar la buena imagen de la Tomatina». Desde que se limitó el aforo en 2013, la fiesta ha estado rodeada de controversias. Y es que el pasado año, la oposición municipal formada por el Partido Popular denunció al gobierno de Masmano ante la Fiscalía Anticorrupción, ante una presunta «falta de claridad en el proceso de privatización de La Tomatina que tuvo lugar en 2013 sin ningún tipo de expediente administrativo, ni control legal en la cesión de la explotación de la fiesta». El alcalde anterior llegó a ser citado a declarar dos veces pero la Fiscalía lo aplazó en ambas ocasiones. Denuncia que a día de hoy continúa en el aire.

Noticia extraída del periódico El Mundo